martes, 12 de marzo de 2019

Lamento del ánade huído


Dejame solo entonces
si has volado del nido
dejándome tus plumas
en recuerdo del aire
que respiramos juntos.

Deja que caiga el sol
como una lágrima.
Deja que se la beba el horizonte
sediento de perlas
mientras viajas callada hacia el poniente
dibujando una estela de nostalgia.

Deja que mi deseo se diluya
en las pesadas sombras de la noche,
que un día más pronuncie las palabras
"Quizás... Quizás mañana
los espejos reflejen nuestros nombres
y cada amanecer nos desnude
como a una sola piel."

Deja que el corazon me quede hueco
como una calavera enamorada
para que eco sordo de tu ausencia
amplifique en tu playa mis latidos.

Deja que grite tu nombre a las olas
hasta que se me apaguen los sentidos.
Deja que abrace el viento hasta que vuelvas
y retorne el aliento que he perdido.

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