sábado, 23 de marzo de 2019

Respiración sincrónica


Toda la noche en vela respirando tu aliento como si fuera el hilo que me une a lo vivo, sintiendo que tus labios se quedan suspendidos al pie de ese vacío al que me precipito como un halcón herido por las flechas perdidas que disparé ciego al aire cuando fui ballestero en un bosque de olvido. Si alguno de esos dardos te rozara tan solo con mi culpa sangraría hasta ahogarme en el mar de tu herida porque tú te mereces tan solo el amor puro y cuando me susurras que tu piel se hace noche sin que mis dedos vibren a la luz de la luna yo quedo a la deriva soñando que te amo sin límites de tiempo, de pasión, de ternura... Siento en todas mis venas el amor que coagula, las mariposas trágicas que alborotan mis párpados, que palpitan, palpitan, palpitan... Y si ahora muero o corto la cuerda de mi vida, el hilo que me une y que a la vez me ata al pasado y futuro como un afán contínuo, será una transición, como el hielo fundido que fluye por torrentes, cañaverales, puentes, hasta el mar que le espera con el azul abierto, será un vuelo de fénix que anclará mis cenizas en tu jardín de orquídeas con vistas a las playas y a los acantilados en donde vive el placer vestido de oleaje que rompe interminable aquí en mi pecho, esas olas que un día traen nostálgicas los restos del naufragio y otro amables los esconden y visten nuestras almas de arena con seda y con corales arrancados en secreto del fondo insondable de nuestros corazones.

Amanece, el vacío se tiñe de luz mágica y tú despiertas cálida, sin cicatriz ninguna, como una gata egipcia, como una nube blanca, como un rumor de pétalos lamidos por la brisa... Te desnudas al fin en mi lecho de lágrimas, deslizas las caricias, te zambulles y nadas. Es un alineamiento entre cuerpos y almas sin eclipses ni sombras, es tu sonrisa inmune a flechas y a palabras. Se ha acabado el camino... ¡Caminante, descansa! ¿Dónde vas de viaje si aún no sabes con certeza cuál es tu casa?

No hay comentarios: