lunes, 4 de marzo de 2019

Un repentino abrazo de medusa


No mires hacia atrás, delfín-sirena...
¿Alguna vez las olas retroceden?
¿Acaso el río fluye cauce arriba?
¿Se refleja el estanque en las estrellas?
¿Se siente antes el beso que el deseo en los labios?

Si te duele el amor que se ha quedado
varado en un jardín de posidonias
que florecieron solo en el pasado
sumérgete a pulmón para abrazarlo,
no lo dejes ahogado en el olvido...
Pero te advierto, musa: el mar nos viene grande.
Bajo el océano
las lágrimas
son invisibles.

¡No, diosa de mis noches de estrellas!
Si respiras pausada de este cielo
el momento presente que es la música
de las olas que baten aún lejanas
o acaso el viento amable en la foresta,
llora esas lágrimas, mar que llevas dentro
y respira muy hondo este presente,
inhálalo con todos tus sentidos
hasta que el corazón
limpio de arena y algas
sienta esta luz desnuda
que el tiempo
nunca apaga. 

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